viernes, diciembre 08, 2006

Busco un semental
que me reciba en Ezeiza con los brazos abiertos al cielo.
Mi ombligo,
que en las épocas felices él lo convertía en una especie de concha marina de donde sorbía agua mineral minutos antes escupida de su boca como Cupido en fuente,
alimentará a la cría.

Hijos,
para que la vida cierre en un círculo biológico óptimo.
¿Y si la naturaleza no es perfecta?
¿Y si lo único perfecto es el proceso de putrefacción de la carne?
Eso significa que nacimos para morir.
Y hacer vivir es lo más coherente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que lindo eso del ombligo.

emebé

Anónimo dijo...

Sí, nacimos para morir...
Esa es la única verdad...
Pero, para que eso ocurra bien, hay que vivir lo mejor posible... Con muchas vivencias al estilo del Cupido de la fuente...
No, perdón, he caído en un error...
Hay otra verdad... NADA NI NADIE ES PERFECTO!

Anónimo dijo...

Sí, nacimos para morir. Y tanto la procreación como el erotismo son maneras de hacerle frente a la muerte

Anónimo dijo...

sonó terminante mi comment anterior, qué feo. No lo digo yo, lo dice Bataille. Muy buen blog