miércoles, febrero 08, 2006

Puntada sin hilo

Mi amiga de solo seis años me dijo: “maga, vos tendrías que tener alitas…para ir a once, para ir de tu hermana, para ir a todos los lados…”


Si, tendría que tener alitas. Alotas. Volaría tan lejos que seguro me perdería.
Pero ahora siento que no tengo ni alas, ni pies, ni suelo. Estoy perdida. Y sola.
Si tuviera como, y con qué, dibujaría una línea ancha y larga que marcara el fin y el principio de unas partes de mi misma.
Hasta el lunes yo era con él.
Ahora soy sola, y lo extraño. Y nunca creí que extrañar fuera tan amargo. Que hiciera doler tanto.

Cuando te enamoras y sabes que estas un poco equivocado no queres ver. Queres que todo sean besos, abrazos, canciones, lenguas, piernas enroscadas.
Pero no queres saber de las lágrimas, de las patadas en el colchón, de las trompadas en la almohada.
El amor no se parece a nada. Por suerte.

Estoy necesitando una plantación de tilo para ponerlo en saquitos y desinchar mis ojos que hace dos días que son una catarata.

Tengo miedo no poder. Tengo miedo no saber como.
Tengo miedo de estar sin vos.
Prometeme que volvemos.
Prometeme que aunque tenga cuarenta años, arrugas, ex maridos, hijos con problemas de drogas, prometeme que me vas a querer besar como siempre.
Prometeme que tus pestañas van a seguir en el mismo lugar en el que estan y que van a seguir siendo las más fabulosas que vi en mi vida.
Prometeme que tu boca en forma de beso se va a quedar así hasta que yo vuelva.

Prometeme que soy la única.
Dale, mentime un ratito más...

Te amo

1 comentario:

Gabriela Bejerman dijo...

¿nos querrán?