lunes, septiembre 26, 2005

Para vos

Dónde mirabas recién, cuando dejaste de mirarme.
Dónde estabas en ese instante en que me descuide y me descuidaste.
Tu mirada se extravió de mi contorno y entonces te perdí.
Necesito la caricia de tus ojos sobre mi piel.
Las mayúsculas están puestas en tus pupilas.
Pero mirame, mirame, no dejes de hacerlo.
No puedo saberme si no te sé viéndome.
La muerte es la oscuridad de tus ojos que cesan de mirarme.
Y solo hay silencio y no es de palabras.
Somos cuando nos vemos.
Soy lo que digas que sea.
Serás lo que quieras que diga que sos.

No hay comentarios.: