martes, septiembre 06, 2005

Me fuiiiiiiii

Yo no entiendo si la bajada de línea de este blog es que tenemos que votar a Chiche. Pulpita, no lo sé. Plis, tel mi.Ya somos mayores de edad, votamos, cogemos y escribimos. Chiquitas para nada.

Bueno, ahora sí a lo mío. Hoy, tuve mi jornada maratónica de gramática en Puán. Después de algunas anécdotas que pertenecen a lo que yo llamo "mi vida política" y camino al subte y en el subte venía escribiendo en la cabeza lo que iba a postear. Pero cuando llegué a mi máquina, a mi silencio, a mis olores, a mi calidez, la conexión con el servidor estaba trunca y los masajes en los pies y las costillitas de cerdo al limón me sacaron de esa bulba frágil en la que me sentía envuelta y el gran post gran que iba a escribir dedicado a mi superhéroe, seeee fueeeeee....
Bueno, cada vez que tecleo una tecla de este teclado de menos de 20 pesos, se me punza agudo y finito el homóplato derecho. Pero, vamos a escribir, como si estuviéramos en un campo de batalla, con un brazo vendado y este post fuera fundamental para continuar con el curso vil y victorioso de la pelea.
Entonces, cuando salía de la facu, tuve una pequeña mono-conversación con dos de los chicos con los que yo me juntaba a pensarNOS. Y les dije frases tan poco felices para sus oídos como: "Yo, las cosas las aprendo de la experiencia, así que esto de que el trabajo dignifica es una gran mentira, y lo siento en el cuerpo". La segunda: "Yo no sé por qué reivindicamos el trabajo, creo que como universitarios tendríamos que pensar cosas para vivir bien sin tener que trabajar, porque esto de trabajar, la verda´...". Hice una salvedad: "Y eso que yo no trabajo en una fábrica" Bah, lo que quise decir con eso, es que no hago trabajo pesado. Y por último: "Ustedes en cambio, hacen cosas, yo escribo sobre banditas de rock, aunque me formo: para la Patria." Por fin alguien interrumpió. Creo que aún me quieren presente en las reuniones de preguntarNOS, pero como adorno.
Ahí, a unos metros la ASAMBLEA. Y Celeste, que tiene el nombre de los colores de la bandera nacional, que siempre que estoy de excursión por esos pagos llamados aula 108, interviene, grita, dice cosas en el tono de "vamos compañeros, no me jodan, acá hay que hacer así...". Ella es rubia, tiene el flequillito como yo, pelo largo y hoy tenía una remera verde flúo. Una ídola para los que les interesa el cómo y no el qué se dice.
Pero a lo que quiero llegar y no sé cómo es a este tema de la juventud. Yo puedo hablar de ella porque formo parte, pero me hago la grande, entonces me distancio y teorizo. Para mí hay dos tipos de maneras de atravesarla: una manera corresponde a la de los chicos que tienen que superar a los padres a nivel intelectual. Se manifiesta en este ámbito. Un ejemplo: mi papá es imprentero yo periodista. Yo la idea, él la materia. Por el otro lado están los que tienen padres intelectuales, entonces los hijos, se inclinan para el lado del arte, del diseño o de las cuestiones técnicas, del cuerpo o de disfrutar la plata rica en viajes, drogas, rock and roll. En este caso, no se trata de diferenciarse "superándose", sino de desandar caminos.

Me bajé del subte, subí por la escalera mecánica. Adelante mío se paró un señorito. Movía el culito para la izquierda y la derecha, for several times. En un momento se dio vuelta. Y yo, que vestía mi campera negra y mis botas negras que me configuran la mirada al mejor estilo poli, le dije para mis adentros: "Nena, a mí esas cosas no me llaman la atención."

Entonces, como escribió Jean Paul y seguro muchos otros más antes y después que él, lo importante no es lo que ocurre, sino cómo se cuenta.

Y entre la política, el campo de batalla y el contar, creo que otra vez, perdí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el blog se te va a la mierda