Se abre una puerta y no es la del ascensor.
Una escalera invita, y no a treparla.
Un grito agudo perfora el espacio.
Y mis pies estan frios, húmedos.
Mis pesones duros, duelen. Me duele adentro del cuerpo, me duele la cien.
Estoy mojada, fresca, enferma, bella y sucia. Desnuda.
Y el grito me sucumbe, me golpea, me escandaliza.
Y hay alguien que caé al precipicio, antes rueda por las escaleras.
Y yo ya estoy de pie, estoy vestida, seca, caliente, fea y estoy curada.
domingo, septiembre 04, 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario