sábado, marzo 31, 2007

the mood I


aunque tengo en la cabeza el formato del word no puedo ni siquiera deducir el significado de la mayoría de las palabras. abrir ventana, cerrarla, aceptar o cancelar una opción se hace efectiva a prueba de ensayo y error.
pero más allá del lenguaje, que puede serlo todo, la vida sigue siendo, para mí, una simulación. las chicas usan medias red agujereadas con la mano en un ataque de furia fashionista como si los agujeros de fábrica no les alcanzaran y se encapuchan la cabeza como si su belleza fuera demasiado dulce para enfrentar al mundo. no creo que su dolor sea muy diferente del mío, sólo que a mí no me parece que haga falta exhacerbar tanto la miseria.
el punchi punchi golpea en un solo lugar hacia una misma dirección y un hombre con botas de cuero altas mira a la gente con un vaso en la mano. toma cerveza fría, ácida, vegetal y despega su culo desnudo de la silla de cuero plástico. hasta la barra el pito le cuelga a la altura de la rodilla. parece gay pero acaba de mostrarle los dientes a una chica que le responde con una mirada afiebrada, muda, hastiada.
en berlín la gente toma café. en bares con mesas de cajón de vino en el medio de la vereda. entre los bohemios charlantes y los cochecitos -acá hay tantos por cuadra como sonidos nuevos en el alfabeto alemán- se genera una batalla silenciosa donde ninguno, salvo por unos segundos, es interrumpido en su tarea.
hay puentes, al lado de los puentes museos y al lado de estos más cafés. la gente no se sienta, sino se recuesta en las sillas. es como si la vida fuera un paseo por plaza serrano un domingo de invierno a la tarde. acá no da quejarse de lo cool. el bienestar es la única manera de entender la vida: música clásica para despertar, velas con el té -en hebras- de la tarde, cafetera italiana, jabón líquido para el cuerpo.
en berlín nadie nunca parece haber despertado. despegado de la resaca de la noche anterior, del libro que tuvieron frente a los ojos siete horas seguidas, del shock de una idea infructífera.
a mí nada me sorprende: la ciudad es muy yo o mi depresión intelectual es cada vez más evidente. debe ser eso, sí, lo que me pone en un estado de "non surprise" permanente.

2 comentarios:

EmmaPeel dijo...

jabón líquido de pomelo, medidor de agua y punchi punchi mental

bon voyage pulpi!

Pulpita dijo...

Che pulpi punky, sobre el cartel de Berlin, dice "Jime y Rodri", y arriba "uruguay", para mi que esta foto la sacaste en pompeya!!!

te quiero amiga, te extrañooo