Tengo una fábrica de límites en mi cabeza. Los puedo levantar donde quiera, tengo un equipo de obreros de la construccíon siempre listo para construirme uno nuevo.
Los monto en un abrir y cerrar de ojos. Y después, es imposible cruzarlos.
Y así estoy, en esta fortaleza que componen mi cuerpo y mi mente.
Atrincherada en este ego estúpido y este miedo crónico.
¨...la para siempre seguridad de estar de más en el lugar donde los otros respiran...¨
sábado, agosto 13, 2005
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